Síndrome de Parsonage-Turner:
El síndrome de Parsonage-Turner es una alteración rara de etiología desconocida, que se caracteriza por un dolor agudo e intenso del hombro y de la extremidad superior, seguida de paresia y atrofia muscular.
El síndrome de Turner-Parsonage, también se le conoce como neuritis braquial aguda o amiotrofia neurálgica y puede ser causada por diversos agentes infecciosos. La primera manifestación de la enfermedad suele ser dolor agudo en el hombro seguido rápidamente por debilidad y atrofia de los músculos de la cintura escapular.
El síndrome es idiopático. Aunque se han identificado muchos factores de riesgo específicos, la etiología es aún desconocida y puede ser muy variada. En algunas series se atribuye a procesos infecciosos (víricos y bacterianos), intervenciones quirúrgicas, isoinmunización y mecanismos autoinmunes.
La condición se manifiesta como un raro conjunto de síntomas muy probablemente como resultado de la inflamación autoinmune de etiología desconocida del plexo braquial. (El plexo braquial es una compleja red de nervios responsable de la inervación muscular y cutánea del miembro superior.
Se define como la intersección de diferentes estructuras como son los vasos o nervios y su función principal es la de inervar el brazo y el antebrazo; de hecho, salen de este plexo braquial casi todos de los nervios motores que permiten contraer los músculos y los sensitivos que permiten las sensaciones del brazo y del antebrazo. En caso de lesión del plexo braquial aparecen deficiencias o trastornos de la movilidad, dolores y trastornos sensoriales en todas las áreas inervadas por estos nervios).
El síndrome de Parsonage-Turner tiene una incidencia muy baja, de 1,64 casos por cada 100.000 personas con discreto predominio masculino y sin preferencia del miembro afecto, aunque hasta en un tercio de los pacientes la presentación fue bilateral y simétrica.
El síndrome Parsonage-Turner implica la neuropatía del nervio supraescapular en el 97% de los casos, y de forma variable consiste en la axila y los nervios subescapular. Como tal, los músculos normalmente implicados son el supraespinoso y infraespinoso , que son a la vez inervada por el nervio supraescapular. La participación del deltoides es más variable, ya que está inervado por el nervio axilar .
Aunque el diagnóstico se basa en hallazgos clínicos, el uso de pruebas complementarias puede ayudarnos a excluir otros muchos diagnósticos diferenciales de peor pronóstico (lesión del manguito de los rotadores, capsulitis adhesiva, tendinitis cálcica, tumores de médula o plexo braquial y lesiones neurales compresivas de origen traumático). Entre las pruebas a realizar es de especial utilidad la EMG (electromiograma) y la RM (resonancia magnética).
Síntomas
La presentación típica se basa en un dolor intenso, agudo y autolimitado, bien localizado en el hombro que se dirige hasta la parte superior del brazo seguido de debilidad y entumecimiento. A menudo también se irradia a la región cervical y también puede hacerlo por la cara lateral del brazo en dirección distal. Generalmente aumenta con los movimientos produciendo impotencia funcional e incapacidad para desarrollar actividades normales de la vida diaria. Tras unos días se puede llegar a observar atrofia de la musculatura.
Los músculos afectados se vuelven débiles y en casos avanzados, paralizados. De vez en cuando, no habrá dolor y habrá parálisis solo, y a veces sólo existirá el dolor, que no termina en parálisis.
Se ha informado de que al igual que la parálisis cerebral, la enfermedad puede afectar la función cerebral. Algunos neurólogos creen que esta es la condición más dolorosa en la neurología .
Tratamiento
El tratamiento está enfocado a disminuir los síntomas, para lo cual se utilizan analgésicos y en algunos pacientes corticoides. También la inmovilización es de gran ayuda en el manejo de los síntomas. Posteriormente se sugiere realizar una terapia de rehabilitación.
La neuritis braquial tiene un buen pronóstico a largo plazo, sin embargo, el tiempo que toma alcanzar una resolución completa es variable. Dentro de los factores de lentitud en la recuperación está la intensidad y duración de los síntomas, número de nervios afectados y el nivel de compromiso del plexo braquial.
Está demostrado el beneficio del tratamiento antiinflamatorio y rehabilitador, que acelera la recuperación. En algunas series, además, se ha descrito el uso del tratamiento corticoideo, que mejora el dolor en fase aguda, aunque no interfiera en la paresia posterior.
En conclusión, el síndrome de Parsonage-Turner es una entidad clínica a tener en cuenta en el diagnóstico diferencial de hombro doloroso, que puede pasar desapercibida y cuyo diagnóstico es de exclusión. Afecta de forma predominante a los músculos proximales de la cintura escapular, con una primera fase álgida, que da paso a una paresia de los músculos afectos. Su evolución espontánea favorable se ve beneficiada con tratamiento rehabilitador y antiinflamatorios, con resolución espontánea variable. Por tanto, el conocimiento de este cuadro evita la iatrogenia en el paciente y permite una información adecuada a éste y su familia respecto la benignidad y reversibilidad del proceso.
A pesar a veces de los efectos de larga duración, la mayoría de los casos se resuelven y la recuperación es generalmente buena en 18-24 meses, dependiendo de la edad de la persona en cuestión. Por ejemplo, un niño de seis años de edad, podría tener la neuritis braquial alrededor de sólo 6 meses, pero una persona de casi 50 años podría tenerlo por más de 3 años.