Este problema se ve fundamentalmente en pacientes mayores, con traumatismos de poca intensidad, habitualmente caídas en el hogar, aunque en personas de edad avanzada, también pueden estar causadas por traumatismo menor como la osteoporosis que es una enfermedad que afecta principalmente a las personas mayores, ya que a medida que envejecemos, la parte interna del hueso se vuelve porosa a causa de la pérdida de calcio lo que incrementa el riesgo de fractura ante una caída o un golpe fuerte.
Asimismo, puede ocurrir en gente joven, pero secundario a accidentes de mayor energía como accidentes de tránsito o caídas de altura.
La mayor parte de las fracturas de cadera, son en realidad fracturas de fémur que afectan a la extremidad superior de este hueso y no tocan la articulación, no obstante comúnmente se les denomina fractura de cadera.
Por la inmovilidad que provoca en el anciano, la fractura de cadera debe tratarse mediante cirugía en forma precoz, para devolver la movilidad, aliviar el dolor, poder sentar y parar al enfermo lo antes posible, evitando así complicaciones como escaras, trombos en las venas, neumonías, etc.
Las alternativas quirúrgicas son variadas, dependiendo del tipo de fractura y edad del paciente. Se puede hacer osteosíntesis con placa y tornillos, o reemplazar la cadera por una prótesis.